Como ya os adelante hace unos días el miércoles puse rumbo a Berlín para acudir a la gran Bread & Butter. Mis expectativas eran altas ya que no acudía a esta feria desde que nos abandonase hace ya un año.
La verdad es que no me defraudo, por lo menos en lo que a espectacularidad y montaje se refiere, no así tanto en las tendencias que se mostraron (pero este tema ya lo trataremos en un próximo post).
Para empezar la localización era inmejorable, el aeropuerto de Berlín-Tempelhof. El que un día fuese calificado por el mismísimo Norman Foster como “la madre de todos los aeropuertos” ha sido testigo y anfitrión de la feria de moda urbana más importante de Europa. Es por ello que la organización y las marcas participantes han echado los restos.
Si bien las tendencias y productos que nos presentaban las diferentes marcas no discernían mucho unas de otras, la forma de presentarlo sí. Las marcas han querido mostrar y reforzar su propia imagen de marca a través de stands increíbles que mostraban todo un life-style.
Uno de los más espectaculares era el de Diesel bajo el lema “BE STUPID”.

Luces de neón al más puro estilo nu-rave y en el interior la recreación de un fantástico mundo “estúpido” increíble.
La marca española Desigual también optó por la estética colorista y llamativa, muy acorde con su producto.
Custo quiso imprimir a su colección un aire discotequero.

Boss Orange nos invitaba a adentrarnos en el que un día fuese uno de los locales más cool de la ciudad, combinando lo urbano, la elegancia y los aires retro.

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